Doris Salcedo (1958) nos ha dejado un conmovedor legado contra la guerra, una metáfora de la desolación que nos deja el conflicto armado en Colombia y que les permite a las víctimas tener un lugar para sobrellevar su duelo. Dedicado a las víctimas, es, como ella misma lo denomina, un “contra-monumento”, porque no es una exaltación de la guerra sino la memoria de una tragedia. «Fragmentos», es un espacio abierto compuesto de cientos de baldosas metálicas arrugadas que integran el piso de este desgarrador recinto sobre el cual todos podemos literalmente “zapatear” nuestra rabia, “pisar” el sentido de venganza y “aplastar” el dolor del conflicto.
Este contra-monumento fue construído con las armas que entregaron las FARC, una de las guerrillas más antiguas del mundo, al desmovilizarse, y como parte de los acuerdos de paz. Estas armas -fusiles, pistolas, granadas, explosivos, municiones- Salcedo las convirtió en baldosas metálicas que fueron martilladas por mujeres víctimas de violencia sexual de todos los actores armados, quienes a través de este ejercicio, hicieron una catarsis de su dolor. Al golpear las láminas, confiesan ellas mismas, en un impactante video que de forma permanente se muestra en la sala de proyecciones, fueron aliviando poco a poco su trauma, resentimiento y malestar acumulado de tantos años de angustias y dolor.
Este espacio de reconciliación y memoria, es verdaderamente conmovedor. Su entorno refleja toda la angustia, la ruina y la soledad que vivieron los colombianos víctimas de este absurdo conflicto de origen político, que duró más de cincuenta años y dejó miles de hogares destrozados por el odio y desmembrados por las pérdidas familiares y los abusos de todo tipo -reclutamiento de niños y niñas, violaciones y agresiones sexuales, desplazamiento, desapariciones forzadas, despojo de tierras- generados por los diferentes actores armados -guerrilla, paramilitares, ejército, policía- y azuzados por políticos interesados en sacar el mayor provecho posible de esa situación. Este conflicto hizo de Colombia un país de desplazados y refugiados, que asolaron el campo y acrecentaron los cordones de miseria de las grandes y pequeñas ciudades.
La sensación de desolación es real, pues no tiene ningún elemento adicional que nos distraiga de la mirada del piso y las paredes desnudas; sólo las ruinas angustiantes que lo rodean, acentúan esa sensación y nos ponen en comunión con las miles de víctimas de esta triste historia reciente de Colombia.
Según palabras de Julie Rodrigues Widholm, el trabajo de Doris Salcedo
“le da forma al dolor, a la pérdida, al trauma, y crea espacios para el duelo individual y colectivo, con un gran compromiso por hacer visible eso que normalmente permanece invisible. A pesar de que su necesidad de encarar esta condición de dolor resulte de su experiencia vital en Colombia, el trabajo, sobre todo de los últimos 15 años, señala una condición global: guerra, expulsión, migraciones involuntarias, racismo, inequidad permanente. La guerra y sus efectos están evidentes en todo lugar hoy, así mismo los ciclos de aflicción y duelo, por lo que su trabajo es más pertinente y elocuente que nunca.”
Rodrigues Widholm es la curadora de una amplia retrospectiva de su obra, realizada por el Museo de Arte Contemporáneo de Chicago, en febrero de 2015, en la que se le rindió un homenaje a la gran artista conceptual colombiana, y que reconoce además, la influencia y trascendencia de su obra en el mundo, obra que, generalmente, es efímera o de carácter provisional -instalaciones-. La exhibición tuvo como segundo escenario el Guggenheim de Nueva York, en junio del mismo año. En 2016 estuvo expuesta en Miami.
Doris Salcedo tiene una trayectoria artística de más de 30 años y ha expuesto y realizado obras en las más importantes galerías y escenarios mundiales: Londres (Tate Gallery, White Cube), Nueva York (Guggenheim, NC Museum), San Francisco (MAM), Madrid (CA Reina Sofía), Paris (Centro Pompidou), entre muchos otros. Ha recibido premios como la Beca de la Fundación Guggenheim (1995), el Premio Velázquez a las Artes Visuales en España (2010) y el Premio Hiroshima de Arte, en Japón, que es entregado a los artistas que han contribuido a la paz en el mundo (2014), y allí mismo, el Premio de arte Namura (2019).
«La única preocupación de mi obra es lo que sucede a los seres humanos asaltados por la violencia… La única respuesta posible que puedo dar frente a la ausencia irreparable es producir imágenes capaces de expresar imperfección, carencia y vacío«. Doris Salcedo.
Fragmentos es un espacio que se encuentra abierto permanentemente y está ubicado en la carrera 7a. N° 6B-30. Entrada gratuita.